Hace tiempo en Fundación MUSOL apoyamos el Programa de Voluntariado en Cooperación para el desarrollo de Empleados Públicos de la Administración de Castilla y León.
La Junta de Castilla y León considera fundamental el apoyo a la formación y concienciación de la ciudadanía, que garantice una base social involucrada en la erradicación de la pobreza. Por ello, como administración comprometida en la promoción de los derechos humanos y la lucha contra la pobreza, pretende dar ejemplo al facilitar, entre sus trabajadores, la participación en proyectos de cooperación que se llevan a cabo en países en vías de desarrollo, al objeto de fomentar el valor de la solidaridad y promover el voluntariado del personal de la administración de la Comunidad de Castilla y León.
La estancia de los profesionales y su acción voluntaria en terreno es de apoyo al trabajo diario que llevan a cabo nuestros socios locales, en el ámbito de nuestros Programas. El trabajo de los funcionarios nos permite de añadir un plus en muchos de nuestros proyectos y acciones, sobretodo en relación a los objetivos de capacitación de los beneficiarios.
Queremos compartir la experiencia de Miguel A. García, despues su primera semana en Cochabamba:
Es difícil describir en unas líneas las vivencias tan intensas que he experimentado en tan solo una semana en Bolivia
Después de un sorprendente recibimiento por parte de los miembros de CEDESCO, Juan Pablo y Rubén, y de la joven cooperante de la Junta de Castilla y León, Celia, me sumerjo de lleno en la cotidianidad Cochabambina, una realidad bien diferente a la nuestra. Hoy es martes 24 de octubre y amanecía en Cochabamba cuando aterrizaba el avión.
Tras las presentaciones y la cálida acogida que me brinda todo el equipo de Cedesco, en su sede de Tiquipaya, llega el momento de adaptarse y de acostumbrarme a los nuevos horarios y a la ´hora boliviana¨, al almuerzo de las 12,30, a los pesos bolivianos, a la caótica circulación, a los trufis, al polvo, al acento (cuando hablan entre ellos a veces es difícil entenderles), a la estupenda comida cochabambina, al locoto, al quechua y a tantas tradiciones de las que se sienten tan orgullosos, a los bailes y al karaoke en la fiesta de Rubén, a tanto y tanto guarapo, a la luz que asoma por la ventana a las 5 de la mañana acompañada del ladrido de los perros y del canto de los gallos, al vértigo de no estar en tu sitio ni estar con tu gente: efectivamente todo es como no tenía ni idea que iba a ser.
Tengo la suerte de convivir a diario con gente maravillosa que me lleva de la mano y me ayuda continuamente. Al principio Celia fue mi ángel de la guarda, Juan Pablo siempre pendiente de todo, las conversaciones en la oficina con Rubén, tan ocurrente en cuestiones divinas y humanas y la compañía de Merardo, la intensa vivencia en el Chapare con nuestro tutor Jaime, los almuerzos con Mario y René en un restaurante vegetariano que hay en el mercado, la presencia de Betty en la casa, siempre tan dispuesta y, sobre todo, tan agradable y tan buena, y todos los demás: Ana, Marisol, Guadalupe, Luis, Cobo, Eloy, … perdón si me dejo a alguien…. y fuera de Cedesco, la familia de Gabi, mi amiga vallisoletana de Cochabamba, que me ha llevado y traído por toda la ciudad: el Cristo de la Concordia, el más alto del mundo, la Cancha, el grandioso mercado cochabambino, la Huari, la mejor cerveza de Bolivia, la sopa de maní de Velia y el desbordante mercado de campesinos. Como veis, todos me llevan y me traen y así todo es más fácil.
Esta semana, y durante dos dias y medio, Celia y yo hemos tenido la oportunidad de conocer en el Trópico las comunidades del Chapare (en este lugar, además de cultivar frutales, los campesinos tienen en la hoja de coca su principal actividad económica). El objetivo de esta visita es realizar campañas en los colegios que están dentro del entorno del proyecto de mejora del acceso sostenible al agua potable en dichas comunidades del municipio de Villa Tunari.
De la mano del incombustible Jaime y después de un interminable y muy entretenido viaje nocturno de 170 km. y 6 horas desde Tiquipaya hasta la calurosa y humeda Villa Tunari (montones de camiones, controles de la policia del narcotráfico, montones de rompemuelles, algún que otro adelantamiento temerario por parte de otros vehículos) por fin llegamos a nuestro destino.
El jueves día 26 visitamos el colegio en Patiño Norte. Durante toda la mañana realizamos dinámicas con unos 15 niños y niñas. Se proyectan vídeos y se realiza la correspondiente explicación, con ello se pretende hacer hincapié, con la participación de todos, en la importancia del agua, del medio ambiente, del cuidado de nuestro entorno, de la salud, y también se lanzan mensajes relacionados con la igualdad de género. Gracias a Jaime los niños se divierten mucho y disfrutan de un día especial, hay marionetas, juegos, taller de lavarse las manos, regalos, bailes,… El segundo día, y después de otro intenso viaje, visitamos la Unidad Educativa 1º de mayo y también disfrutamos con los chavales, tan cariñosos y curiosos como los de ayer. Esta vez eran dos clases y unos 30 niños, desde los 5 hasta los 12 años. Tanto ayer como hoy unos pocos han faltado a clase porque tenían que ayudar a sus padres a cosechar la hoja de coca. De regreso en nuestro vehículo por los caminos de tierra, vemos a los niños de esos y otros colegios con sus uniformes y sus mochilas volviendo a casa, a menudo tienen por delante una larga caminata pues los colegios están en mitad de la nada. Además de los pequeños, encontramos mujeres caminando para buscar agua lejos de casa porque sus pozos se han secado, también hay sequía en el Chapare.
Hoy martes 31 de octubre, todo el personal de Cedesco hemos realizado en Samay Wasi un taller, facilitado por la institución Infante, sobre la implementación del enfoque de género en los proyectos de Cedesco. Interesante y difícil reto en un país que aún tiene camino por recorrer en el asunto de la igualdad de género, y donde las ciudades ya van tomando posiciones.
Hace una semana aterrizaba en el aeropuerto de Cochabamba, hace tan poco, y hace tanto a la vez. Ahora todos se preparan para celebrar el dia de los santos, Mast´aku, la fiesta de la vida y de la muerte, una fiesta con una gran tradición en todo el estado plurinacional de Bolivia. Hace una semana aterrizaba en el aeropuerto de Cochabamba y todavía no me he comido una salteña.
Tiquipaya, 31 de octubre de 2017
En colaboración con:
Fundación MUSOL: Trabajamos por una vida digna para todos y todas.